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La rubia se metió dos bolas en el culo y no pudo sacarlas. Por supuesto, tuvo que llamar a su padrastro para pedir ayuda, que fue tomado por esta perspectiva. La doncella no sólo se abrió las piernas delante de él, sino que tuvo que meterle el dedo en el culo. Acabó llamando al médico. Éste se ocupó rápidamente de las pelotas, pero aconsejó a la chica que disfrutara de las pollas de verdad, no de las pelotas en el culo, y se ofreció a enseñarle cómo hacerlo. Quién iba a dudar de que ella aceptaría. De todos modos, ya le habían visto los agujeros, se metieron allí con los dedos, se puede decir que no era tan vergonzoso. De todos modos, se la follaron como una verdadera perra - según el programa "
La quiero...